

Taller de Servicio
por Melissa Chu


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La experiencia que tuve cuando estaba realizando mis horas de práctica en el restaurante Brujas de Cachiche fue increíble. Al comienzo me pareció que iba a tener varios tropiezos, pero con paciencia y con la tutela, consejos de Ricardo Sarmiento y de varios personales del establecimiento fui desarrollándome cada vez más. Aprendí la importancia que tiene esto en un futuro de mi carreara; tener un contacto directo con los clientes, ver sus necesidades, ver en todo los mínimos detalles para poder dar un valor agregado y conseguir su lealtad.
Mis primeros días fui puesta de anfitriona, mi mentora Gabriela, llevaba no mucho tiempo de trabajo pero desarrollaba muy bien su trabajo. Me enseño la importancia de memorizarme las estaciones y números de mesas para llevar un control de cantidad de personas que entran el local y apuntarlos en el libro de control; teníamos tener presente la cantidad total de persona casi al final de la noche para cuando el gerente que siempre nos preguntaba podíamos responderle rápidamente. Siempre tener presente las reservas, llamarlos para recordarlos de su reserva o si no aparecen en la hora indicada, llamarlos para ver si ha pasado algún problema y que sí podrá llegar para la reserva. Teníamos que memorizarnos el nombre de todas las reservas para cuando llegaban solo preguntábamos su nombre y ya sabíamos la cantidad de personas que iban a ser y en que mesa lo asignamos. Casi al terminar la jornada, cuando vemos que no entra más gente, ayudamos a los demás en el salón, en cuanto acomodar las sillas, montar las mesas, llevar los platos sucios a la cocina.
Los otros días estaba como ayudante en el salón. Al llegar el establecimiento después de cenar, tenemos que asegurar que todas las mesas están listas, terminar de pulir las copas y utensilios, asegurar que la línea este lista (suficiente pan de la casa, la mantequilla, las salsas estén todo listas). Cada vez que un cliente entra teníamos que recibirlos con una sonrisa y servir el agua inmediatamente; mientras el salonero encargado de la mesa atiende sus ordenes, ir a preparar el pan de la casa y las salsas; al mostrar las salsas al comensal tenemos que explicarlos cada una de las salsas en algún caso de que los clientes sean alérgicos. Si vemos que los saloneros del establecimiento están ocupados, ayudarlos en retirar los muertos de las mesas, buscar las ordenes en la cocina, servir más agua o anotar pequeños pedidos (ya que no estaba tan familiarizado con el menú). Cada vez que los clientes se retiraban teníamos que agradecerlos e invitarlos de nuevo para un futuro e inmediato teníamos que montar la mesa con nuevos manteles e utensilios. Me enseñaron como llevar tres platos a un solo recorrido, dos en las manos y otra apoyada con la muñeca y torso de la mano (experiencia que fue intrigante y alarmarte de que se pe cayera un plato).
También me pusieron en el puesto del bar, en ese tema no estaba familiarizada y se me hizo más difícil envolverme en el ambiente. Así que pregunte todas las preguntas que pude formular, las bebidas más ordenadas, como hacer los tragos, como es el seguimiento de los pedidos, en la diferencia de las bebidas, si hacia un trago mal como lo arreglamos y varias cosas. Aprendí a hacer tragos como el pisco sour de limón (la más pedida), maracuyá o fresa, chilcano de pisco, sangría, frozen, batidos, piña colada, daiquiri. Siempre me aconsejaba que probara todo lo que preparaba para ver mi avance y su sabor. Me enseñaron el servicio del café, como se utilizaba la máquina (sinceramente más fácil de lo que imagine).
Cuando teníamos tiempo libre, al ver que los comensales estaban disfrutando de los platos o la no hay mucha clientela, Ricardo siempre nos daba pequeñas datos sobre el lugar, sobre las diferentes experiencia que él tuvo, nos dio pequeños tips para los vinos, de cómo servirlo, su historia y varios detalles curiosos. También hicimos pruebas degustativas con las bebidas, en que nos daba pequeñas muestras de diversos sabores y tenemos que probarlo y acertar que sabor era. También teníamos pequeña competencia de quién de nosotros sabía más del tema.
No digo que no tuve pequeños accidentes como romper algunos vasos, montar mal las mesas, hacer mal los tragos, equivocarme en las reservas. Pero fue una experiencia divertida y excitante, por lo que todo lo que aprendí lo tendré presente.
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